Organizadas por localidades, encontraron una fuente de ingresos que les significa independencia económica.
Inés Clusellas
El proyecto nació con el objetivo de que mujeres rurales pudieran generar ingresos y no tuvieran que abandonar su lugar de residencia. Pronto se expandió y hoy transmiten el oficio a través de una red que llega a más de 1.000 participantes.
El proyecto Reinas de corazones nació en la localidad bonaerense de Pehuajó, en 2016, de la mano de Marina Muscolo para generar una oportunidad de desarrollo e ingresos para mujeres rurales sin que tuvieran que trasladarse de sus lugares de residencia y, al mismo tiempo, producir un impacto positivo en el planeta. A partir del concepto “cadena de favores”, las mujeres que se inician reciben equipo de apicultura y capacitación, y luego donan su primer año de producción para que con la venta de esa miel otras mujeres puedan iniciarse en el oficio.
Así empezó, así continuaron las que lo recibieron y así sigue siendo hasta la actualidad. “Lo maravilloso es, además de la posibilidad de recibir, tener también la posibilidad de dar”, expresa el alma máter del proyecto. “Esta cadena de favores nunca se ha cortado; eso demuestra el compromiso de cada una”. Bajo el lema “Si querés llegar rápido andá sola, pero si querés llegar lejos andá acompañada”, este grupo siguió creciendo y en 2021 ya suman más de 1.000 mujeres en capacitación virtual y 90 en producción, no solo en nuestras provincias, sino también en otros 17 países más. Las capacitaciones son en convenio con INTA Proapi.
“Lo que más me gusta de la apicultura es que nos vincula íntimamente con la naturaleza, empezás a pensar como abeja. La primavera se vuelve tremendamente excitante y cada nueva floración es una alegría inmensa. Por cualquier lugar que ande, voy mirando veredas, banquinas, alambrados, buscando flores que sean nectaríferas y polínicas. Además, siento que aportamos nuestro granito de arena para un planeta más sano”, cuenta la ingeniera agrónoma Marina Muscolo.
Convencidas de que trabajando colaborativamente se puede lograr un mundo más sano y equitativo, estas mujeres rurales se nuclean para conseguir capacitaciones, financiamiento y la compra y venta de sus productos. ¿Por qué mujeres? En general, las familias rurales viven en el campo porque el varón tiene trabajo ahí. Por eso surge la necesidad de un oficio y de independencia económica de la mujer en el mismo lugar donde vive.
Al no tener costos de traslado, su miel puede volverse más competitiva en el mercado y genera menor huella o daño en el ambiente. Incluso la apicultura suele ser una actividad de medio tiempo, es decir, se puede complementar perfectamente con otras labores.
“Para mí, formar parte de Reinas significa que nosotras, las mujeres, podemos llevar adelante esta actividad con total responsabilidad y el compromiso que conlleva, y también guiar y acompañar a otras mujeres en este maravilloso mundo apícola”, cuenta María Casquero, parte del grupo Pehuajó. Es una relación con el dueño del campo en la que todos ganan, ya que es una producción que ocupa muy poca superficie y no utiliza insumos agrícolas. Además, suscita mayor arraigo de la familia rural al campo donde vive y genera mayores rindes de algunos cultivos –como girasol y colza– y plantas de cultivos forrajeros –como tréboles y alfalfas– que se resiembran más gracias a la polinización de las abejas.
El grupo de mujeres que se inició en Pehuajó fue creciendo rápidamente hacia otras localidades, como Daireaux, Azul, Lobos, Castelli, Cañuelas, Gral. Madariaga, Gral. Lavalle, Trenque Lauquen, entre otras. Hasta 2020 se reunían mensualmente para hacer las capacitaciones presenciales, pero la pandemia imposibilitó esta modalidad y las obligó a realizar capacitaciones virtuales. El punto a favor: esta metodología dio la oportunidad de tener mayor alcance y llegar a más de 1.000 mujeres en capacitación durante 2021. Lentamente y dependiendo de la situación en cada partido, se están haciendo algunas capacitaciones prácticas puntuales, con cupos reducidos.
El próximo desafío de Reinas de Corazones está vinculado con la exportación de miel y la posibilidad de agregar otros productos relacionados con la apicultura, siempre con el cuidado del ambiente como uno de los principios fundamentales.
La miel
Cuando se cosecha de los panales, la miel es líquida, porque las abejas mantienen las colmenas a temperaturas cálidas. Al sacarla de la colmena y con la llegada del frío, esta miel pura y cruda se va cristalizando y tomando una textura más cremosa. Para que la miel cristalizada vuelva a ser líquida y conserve todas sus propiedades naturales puede colocarse a baño maría, a una temperatura igual o menor a 40°C. Por el contrario, las mieles más sólidas se logran colocándolas en un lugar frío (las enzimas reducen su actividad y ya no mantienen los azúcares en dilución). El polen de abeja es rico en proteínas y presenta un bajo contenido de grasa y sodio. Aporta calcio, fósforo y potasio –entre otros minerales– y multitud de vitaminas, entre ellas la B, la D y la A. Se accede a sus beneficios a través del consumo de la miel cruda, sin procesos ni aditivos.
Por Belén de Ancizar
Hola, Soy Vanina, quiero comenzar con la.capcitacion, Donde y como puedo recibir información.
Muchas gracias
Vanina, ahi te respondimos por ig. Gracias!
Me interesa la capacitación.gracias.