Por Lucas Mich – EL ABC RURAL -10 agosto, 2020
Las mujeres rurales están lejos de detener su marcha. En Pehuajó, un grupo de emprendedoras se iniciaron en apicultura bajo la marca Reinas de Corazones y difunden su éxito a otras regiones del país que quieren imitar su legado.
Las mujeres emprendedoras se adueñaron de sus sueños y están revolucionando estos tiempos. Las diversas actividades que las convocan necesitan resurgir con su impronta de femineidad, trabajo, esfuerzo y amor por lo que hacen. Uno de los casos más influyentes en el ámbito productivo es sin dudas Reinas de Corazones, un emprendimiento dedicado a la producción y fraccionamiento de miel.
Se trata de una original iniciativa que recibió el apoyo del INTA en su comienzo, pero hoy es un proyecto cristalizado con éxito en la cadena apícola. Es impulsado por mujeres rurales para trabajar en las colmenas y vender miel de manera asociada.
“Pensé en las mujeres que viven en el campo y buscan una independencia económica. Las esposas de los encargados, de los puesteros y las trabajadoras rurales que necesitan generar un oficio” expresó a El ABC Rural, la coordinadora de Reinas de Corazones, Marina Muscolo.
La ingeniera agrónoma de 40 años de edad, quien comenzó en la actividad apícola hace cuatro años con el anhelo de formar su propia empresa, dejó en claro la impronta de este emprendimiento.
“Siempre quise fundar una empresa que tenga renta económica pero que también deje un beneficio social y ambiental”, explicó, haciendo alusión a la apicultura.
“Es una actividad con varios beneficios”
Según la entrevistada, la actividad apícola genera éxitos en varios contextos, más allá de lo económico. “Hay beneficios productivos para el dueño del campo donde ubicamos apiarios, por el trabajo de polinización que hacen las abejas en los cultivos. Pero también social-económico para los apicultores que realizan la actividad”, mencionó.
Este fue uno de los motivos por los que las mujeres comenzaron a estudiar el negocio y el desafío que este traería a sus vidas. “La miel es un producto no perecedero. Este es otro motivo por el cual creemos que es una actividad justa para las emprendedoras”, destacó.
El proyecto se inició en la localidad bonaerense de Pehuajó. Hoy reúne a más de 30 mujeres que trabajan de manera independiente y colaborativa, con unidades productivas individuales, comercializando parte de su miel bajo la marca Reinas de Corazones.
La capacitación apícola, lograr una miel de calidad y la búsqueda de nuevas herramientas que permitan negociar el producto son el objetivo diario de este grupo de mujeres.
La miel que producen bajo la marca Reinas de Corazones se comercializa en diferentes mercados de Buenos Aires y el interior del país, y por supuesto en las localidades donde viven las “Reinas”. Y ahora se preparan para exportar.
“Hoy los encuentros periódicos que tenemos entre las participantes pasaron a ser virtuales por la pandemia. Las capacitaciones tienen asistencia de chicas de toda la Argentina, y algunas son de otros países”, comentó la apicultora.
Una cadena de favores
El proyecto está incentivando a nuevas emprendedoras en diversas regiones del país. “Estamos asesorando a grupos de mujeres apicultoras de Trenque Lauquen, Daireaux, Azul, Gral Madariaga, San Miguel del Monte, Cañuelas y Castelli”, mencionó la entrevistada difundiendo el trabajo extra que realizan para favorecer el desarrollo de mujeres rurales.
El grupo Reinas de Corazones se junta para reforzar la capacitación en el oficio, afrontar pooles de compras y conseguir mejores precios para adquirir herramientas y equipos y buscar más y mejores mercados donde ubicar la miel.
“Con la comercialización de los frascos de miel bajo la marca Reinas de Corazones, una parte de éste se destina para la compra de colmenas y equipamiento para una nueva apicultora”, detalló Muscolo.
Luego, la emprendedora que comienza con la actividad, gracias al impulso del grupo, con su primera cosecha tiene la posibilidad de donar parte de su producción para comprar un equipo destinado a otra mujer que quiera iniciarse. “Y de esta manera funciona la cadena de favores. Además de la posibilidad de recibir también se genera la posibilidad de dar.“ explicó.
Amor por las abejas
Marina Muscolo, cuenta con 78 colmenas en la actualidad, y al igual que las demás mujeres del grupo apícola, siente la necesidad de crecer en lo productivo.
“En el grupo hay chicas que comenzaron el año pasado y tienen dos colmenas, y otras que están cerca de las 450 colmenas”, dijo. En ese sentido, aseguró que muchas mujeres recién “se están capacitando en el oficio y probablemente arranquen el próximo año de lleno con la actividad”.
En relación a la actividad, la entrevistada coincidió en que se trata de un oficio que venía en decadencia, debido a bajos precios, rendimientos pobres y costos en aumento, pero este año vislumbra un buen panorama.
“Hoy el precio de la miel en tambor es muy bueno. En Europa por la pandemia los consumidores se stockearon y desapareció el producto de las góndolas con su consecuente aumento de precio por la demanda”, explicó.
En ese aspecto, informó que la Argentina se caracteriza por producir miel de mucha calidad. “Actualmente estamos trabajando en un proyecto para exportar miel fraccionada con nuestra marca. Esto va a incentivar la inversión, pero no debemos dejar de lado que es una actividad que tiene altibajos”, reconoció.
Otro de los desafíos que se le presentan al grupo es la posibilidad de diversificar sus ingresos. “Estamos evaluando armar una cabaña, ya que es otra de las entradas que te permite la apicultura. Al igual que la venta de miel, propoleo, polen, cera, brindar el servicio de polinización, entre otras posibilidades”, concluyó.
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